sábado, 27 de febrero de 2016

LE ECHAS DE MENOS

Le tienes delante y le echas de menos. Cuando no sabía escribir. Cuando se ponía de puntillas y sólo te llegaba hasta aquí de alto: justo a la altura de la cadera. Cuando decía «'ranaceronte'» y «'nesecitar'». Cuando te tenía por alguien de fiar, por un Jedi en vaqueros. Cuando le tirabas tiros con la pelota de espuma en el sofá del salón y daba igual que se rompiera un jarrón... porque él se rompía de risa. Le tienes delante y le echas de menos. Cuando te ametrallaba preguntando «¿por qué?» -durante cuatro horas seguidas, cabezón, como un Mourinho chiquitito- y no se conformaba con la pólvora de tu silencio. Cuando te venía en pijama con un cuento y te lo ponía encima como un recién parido. Sin preguntas. Porque entonces tú ya sabías. Cuando la vida era un grito y un desorden, y unos cereales en concreto y una O con el rabito mal hecho, y una lucha libre en la cama, y un olor a Nenuco, y un rayajo en la pared, y tres termómetros perdidos en un solo mes, y el Dalsy nocturno, y siete colecciones de cromos sin terminar, y un gorrito de baño como de muñeco y... Echas de menos sus rodillas sucias y que las tuyas no crujan. Echas de menos las cosquillas a traición y los sustos pactados. Echas de menos sus regalos horribles: el marco con pinzas de la ropa que no hubo huevos a colgar; un collar de garbanzos que parecía un rosario; aquel colgante-mariposa para el retrovisor que te tapaba media carretera. Echas de menos más.Le tienes delante. Míralo, sigue siendo un mocoso, todavía no ha tirado los peluches, si te esfuerzas con una buena historia todavía se caga de miedo. Pero le echas de menos. Como ese viejo amigo que se va a tener que conformar con recibir una postal de cuando en cuando. Cada vez más corta. Con una letra cada vez más extraña. Con un remite cada vez más lejano.Le tienes delante esta mañana. O de frente. O detrás. O al otro lado de esa vieja mesa de distancias kilométricas. Si estiras el brazo podrías incluso tocarle. Y sin embargo le echas de menos...


miércoles, 24 de febrero de 2016

Coro para una gran profesora

Al igual que muchos maestros maravillosos, la señora Watson dejó una marca en una gran cantidad de estudiantes. Ella es profesora de música en una escuela de Chicago, EE.UU. y gran parte de sus ex alumnos la recuerdan con mucho cariño. Lamentablemente una enfermedad la afectó muchísimo y tuvo que dejar la escuela. Por eso a su regreso sus estudiantes, ahora convertidos en profesionales o estudiantes universitarios, decidieron sorprenderla con un cariñoso homenaje.

El día de su regreso ella creía que estaba en camino a una entrevista con un maestro de la escuela pero cuando se da cuenta de lo que la esperaba al final del pasillo no pudo contener las lágrimas.


https://www.youtube.com/watch?v=VNEsqr9cQGg

viernes, 27 de febrero de 2015

LA DIFERENCIA ENTRE SER Y TENER CUANDO HABLAMOS DE UN SÍNDROME

A continuación adjunto el artículo de una madre de la Asociación Síndrome de Noonan en España. Tomaros un segundo para leerlo que merece la pena.

Pinto, pinto, gorgorito… De ser cierto que el Destino existe y tiene forma humana, es así como he imaginado desde siempre que el muy cabrito echó a suertes a quién le caería el regalito de un síndrome raro para su hija. Y mira tú por dónde, para una vez que me toca algo en un sorteo, tenía que ser esto.
Mi hija tiene síndrome de Noonan. ¿No lo has oído nunca, verdad? Yo tampoco lo conocía. De hecho, tardé cinco años tras su nacimiento en escuchar las tres palabrejas por primera vez. Oír Síndrome ya acojona. Lo que venga después te importa poco en ese momento. O mucho, mejor dicho. Porque se llame como se llame, lo que tienes claro es que no va a ser bueno.
El síndrome de Noonan es una enfermedad rara que afecta a 1 de cada 2.500 nacimientos. Curiosamente, es mucho más común de lo que pensamos. Viene producido por la mutación de un gen que no es detectado si no se hace un estudio genético específico. Su diagnóstico, por tanto, es difícil. Se caracteriza porque los niños que lo padecen tienen dificultades alimenticias (los casos más graves tienen que ser alimentados por sonda), su desarrollo psicomotor es lento, algunos presentan problemas cardíacos, tienen unos rasgos físicos destacados (párpados caídos, ojos muy separados, pecho hundido…) que se van suavizando según crecen, lo que hace muy difícil su detección en adultos, si no han sido diagnosticados durante la infancia. Por eso se sospecha que los afectados por el Noonan son muchos más.
Todo esto que te cuento es a grandes rasgos. Seguro que mañana, Día Mundial de las Enfermedades Raras, escucharás hablar probablemente de síndromes mucho más crueles y te describirán tantos síntomas, tantos casos que pensarás que estás dentro de una lección magistral de Medicina a la que no te habías apuntado. Nada más lejos de mi intención que agobiarte ni despertar tu morbo.
Ante una enfermedad solo hay dos caminos: llorar por las esquinas y derrumbarte o cagarte en todo lo divino por tu mala suerte, pero tirar para adelante. Asumirlo. Y afrontarlo. Informarte, contactar con otros que están viviendo lo mismo que tú, que lo han vivido ya. Y aceptar que las cosas son así pero que pueden mejorar, que deben mejorar. Quizá no en cuanto a sanación -los síndromes no tienen cura-, pero sí a nivel personal.
Y en eso estamos en mi casa. En intentar dar fortaleza de carácter a nuestra hija para que afronte los obstáculos que se le presenten y encare las burlas (que llegarán, siempre llegan) y los desafectos. Nada diferente a lo que haces tú con tus hijos sanos, pensarás. Y así es. Porque mi hija no es un síndrome: tiene un síndrome. Por lo demás, todo es normal. Juega, sueña y se enrabieta como lo hace cualquier niño. Y nosotros, como padres, buscamos para ella lo mismo que tú para tus hijos: felicidad, plenitud y que el amor llene su vida.
Lo normal, sí. Eso es lo que me gustaría destacar la víspera del Día Mundial de las Enfermedades Raras: que no debes mirarnos como a «rarezas». No somos raros. Reímos y lloramos igual que tú. Vemos la tele, vamos al cine. Tenemos nuestras rutinas y nuestras alegrías, como tú. Pero sé consciente de que nadie, ni siquiera tú, que tan sano estás, que tanto ejercicio practicas y tanto te cuidas, que no tienes ningún antecedente familiar que te haga pensar que puede pasarte, estás libre de engendrar a un bebé con una enfermedad rara. Para todo hay una primera vez.
La información nunca está demás. Atrévete a conocer. Si realmente quieres saber más de cualquier síndrome acepta este consejo: huye de la Wikipedia, huye de médicos y habla con las familias que lo sufren. No hay nadie en el mundo que sepa más de una enfermedad que aquellos que la padecen.
Aléjate de testimonios dramáticos que solo buscan despertar tu morbo. No queremos tu lástima. Pero sí queremos que hables de nosotros. Aunque sea para llamarnos pesados. Porque solo el ruido puede ser capaz de llamar la atención de los Gobiernos para que inviertan en Ciencia, en Investigación y en ayudas sociales con el mismo tesón que ponen en rescatar bancos ruinosos. Esas tres cosas, atención, ayuda e investigación es lo que realmente queremos.
Habla de nosotros, por favor. Aunque pasado mañana no recuerdes qué es el síndrome de Noonan ni que tengo una hija que lo padece.

Información extraída de: http://www.yorokobu.es/sindrome-de-noonan/

miércoles, 25 de febrero de 2015

TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN

DESCRIPCIÓN

El TDAH es un trastorno que tiene origen neurobiológico que se inicia en la infancia y se caracteriza por tres síntomas fundamentales: Dificultades para la atención y concentración (El niño/a no puede mantener la atención durante un periodo de tiempo continuado); Impulsividad (tiende a convertir inmediatamente en acciones sus deseos, sin reflexionar sobre las consecuencias de los mismos); e Hiperactividad.


SÍNTOMAS E INDICADORES PARA EL DIAGNÓSTICO 

El TDAH se ubica en el DSM IV en la clasificación de los trastornos mentales del APA (Asociación Americana de Psiquiatría), en el apartado de trastornos por déficit de atención y comportamiento. 
De acuerdo con ésta clasificación, se establecen 3 subtipos del TDAH, según la presentación del síntoma predominante: 
1. Tipo con predominio del déficit de atención.
2. Tipo con predominio de la impulsividad-hiperactividad. 
3. Tipo combinado, donde predominan tanto síntomas de desatención como de impulsividad-hiperactividad. 

La característica esencial del TDAH es un patrón persistente de desatención y/o hiperactividad-impulsividad, más frecuente y grave que el observado habitualmente en sujetos de un nivel de desarrollo similar.
Según el DSM-IV, para diagnosticar el TDAH en cualquiera de sus categorías debe observarse que algunas alteraciones provocadas por los síntomas, se presenten en dos o más ambientes (por ejemplo en casa y en la escuela). 
Algunos de estos síntomas que causan alteraciones, deben estar presentes antes de los 7 años de edad.
Debe haber pruebas claras de deterioro clínicamente significativo de la actividad social, académica o laboral, es decir de que los síntomas interfieren de forma significativa la vida de la persona.


SÍNTOMAS DE DÉFICIT DE ATENCIÓN

No logra prestar atención cuidadosa a los detalles o comete errores por descuido en el trabajo escolar, tiene dificultad para mantener la atención en tareas o juegos, parece no escuchar cuando se le habla directamente,no sigue instrucciones y no logra terminar el trabajo escolar, los deberes u obligaciones en el lugar de trabajo,tiene dificultad para organizar sus tareas y actividades, evita o le disgusta comprometerse en tareas que requieran esfuerzo mental continuo (como las tareas escolares),con frecuencia pierde juguetes, lápices, libros o herramientas necesarias para las tareas o actividades, se distrae fácilmente, se muestra a menudo olvidadizo en las actividades diarias.


SÍNTOMAS DE HIPERACTIVIDAD

Juega con las manos o los pies o se retuerce en su asiento,abandona su asiento cuando lo que se espera es que se quede sentado, corre y trepa excesivamente en situaciones inapropiadas, tiene dificultad para jugar en forma silenciosa, a menudo habla excesivamente, está "en movimiento" o actúa como si fuera “impulsado por un motor".


SÍNTOMAS DE IMPULSIVIDAD

Emite respuestas antes de que termine de escuchar la pregunta,tiene dificultades para esperar su turno,se entromete o interrumpe a los demás (irrumpe en conversaciones o juegos).


ORIENTACIONES Y RECURSOS

- Intervención del Equipo de orientación psicopedagógica.
- Derivación al pediatra.

Ante estos casos los pasos que vamos a llevar a cabo van a ser:

1.Detección basada en la observación de:

* Necesidad de movimiento continuo.
* Errores repetidos:
- Por omisión o adición (quitar o poner letras a las palabras).
- Por sustitución (unas palabras por otras).
- Por comprensión escasa a nivel verbal (oral o escrita).
- Por desmotivación o rechazo de actividades que requieran esfuerzos mentales.
- Por inconsistencia en la respuesta (casi siempre bien y, de vez en cuando fallos graves o rendimiento muy irregular en general).
- Por desorganización de las tareas.
- Por impulsividad y falta de razonamiento (responden antes incluso de terminar la pregunta).
* Rendimiento inferior a lo esperado por su aparente capacidad.
* En general, ejecución irregular, atropellada, desorganizada

2. Modificaciones estructurales en el entorno educativo

- Repetir con cierta frecuencia las normas, asegúrese de que las comprende.
- Tratar de generarle horarios y “rutinas” que le permitan sentirse seguro en un terreno conocido (valore el uso de una agenda).
- Intentar transmitirle la importancia de tener una hora de fin de las actividades intelectuales.
- Fragmentar las tareas en periodos cortos de tiempo para aquellas que requieran un alto nivel de atención/concentración.
- Utilizar pistas visuales para recordarle la secuencia de los procesos (pegatinas de colores).
- Motivar pidiendo al niño que colabore con usted en las tareas.
- Buscar un compañero ordenado y atento con el que pueda conectar bien y que le sirva de referencia cuando se ha despistado.

3. Implantación de modificaciones en el estilo educativo adaptándolo a las dificultades específicas de estos niños para mejorar su aprendizaje y rendimiento.

- Pensar que a veces el niño NO PUEDE hacer las cosas mejor, y no que no quiere.
- Trata de identificar el tipo de inteligencia predominante en el niño y cuál es el modelo de aprendizaje que mejor le va para poner en marcha medidas en ese sentido.
- Intentar descubrir los aspectos positivos del niño y hágale ver que los valora.
- Corregir los aspectos negativos con el menor ruido posible y siempre intentando motivar.
- Probar modificaciones que le permitan organizarse, con recordatorios y estimulación frecuente, pero sin sobre-estimular.
- Buscar una señal “privada” entre usted y el niño para indicarle que está comportándose de forma poco adecuada y que tiene que parar.
- Utilizar continuamente el halago por lo que haga bien, señalándole qué exactamente es lo que a usted le ha gustado de él.
- Negociar con él metas específicas, ofreciéndole la posibilidad de ganar premios que le motiven.
- Hablar a la cara asegurándose de que le mira.
- Dirigir a él por su nombre con mensajes cortos, directos y concisos.
- Fortalecer áreas básicas como lectura, escritura, alfabeto, cálculos habituales, actualizaciones del horario, revisión de agenda...
- Invitar a la reflexión sobre sus conductas y establecer relaciones de causa-consecuencia.
- Evitar los castigos.
- Evitar ponerle en evidencia delante de los demás o las recriminaciones llamativas.




miércoles, 4 de febrero de 2015

EL SUEÑO INFANTIL


LA NECESIDAD DEL SUEÑO

La duración habitual del sueño no es una cantidad constante, sino que experimenta variaciones considerables en el transcurso de la vida. 

Podemos distinguir dos tipos distintos de cambios:

El primer tipo corresponde a las variaciones en función de la edad, las cuales afectan a todos los individuos de forma muy similar. Durante el primer año de vida, se produce una clara disminución de la cantidad de sueño; después esa disminución se hace más lenta, hasta alcanzar la edad de veinte años, permaneciendo relativamente constante hasta la edad senil, donde se aprecia una progresiva disminución.


El segundo tipo de variaciones son las producidas por un conjunto de distintos factores, como la nutrición, el ejercicio físico, el clima, la calidad de vida, el estado de salud...




¿TODOS NECESITAN DORMIR LAS MISMAS HORAS?
La cantidad necesaria de sueño en el ser humano depende de factores biológicos, conductuales y ambientales. 
La forma en que actúan estos factores varía considerablemente de unas personas a otras. 
Podemos señalar varios hechos que diferencian a las personas como son: el patrón de sueño largo o corto, patrón de sueño eficiente o no eficiente, la tendencia a trasnochar o madrugar...
Así, por tanto, podemos decir que NO, no todas las personas necesitamos dormir las mismas horas.



CONSECUENCIAS DEL MAL SUEÑO DE LOS NIÑOS
* En lactantes y niños pequeños: 
Llanto fácil, irritabilidad, mal humor, falta de atención, dependencia de quien lo cuida, posibles problemas de crecimiento...

* En niños en edad escolar: 

Fracaso escolar, inseguridad, timidez, mal carácter...

* En los padres: 

Inseguridad, sentimientos de culpa, mutuas acusaciones de mimarlo, frustración ante la situación, sensación de impotencia y fracaso, cansancio físico y mental...



DIFICULTADES FRECUENTES
La mayoría de los niños pasa por alguna época durante la que presenta algún problema o dificultad para conciliar el sueño. Durante la infancia existe una gran variabilidad en las necesidades de sueño. 

Las principales alteraciones del sueño en la infancia son:
- la resistencia del niño para acostarse
- la dificultad para conciliar el sueño
- el despertarse de noche
- las pesadillas
- el sonambulismo
- el despertar temprano


En ciertas ocasiones estos problemas son pasajeros, no teniendo mayor consecuencia que el malestar familiar que pueden ocasionar, pero otras veces estos problemas pueden ser más graves estableciéndose a lo largo del tiempo y necesitándose la ayuda de un especialista para solucionarlos.




TÍPICOS ERRORES QUE COMETEN LOS PADRES
- "rendirlos" para que duerman de un tirón.
- pensar que todavía es muy pequeño para dormir sólo en su habitación.
- "Ya aprenderá a dormirse sólo cuando sea mayor"
- Dormirle sólo con la luz encendida, en brazos, con ellos en la misma cama, con la televisión puesta, en el sofá...




RECOMENDACIONES PARA MEJORAR LA CALIDAD DEL SUEÑO
Existe una serie de factores que pueden mejorar o deteriorar la calidad del sueño. Todos ellos hacen referencia a una serie de prácticas necesarias para mantener un sueño nocturno y una vigilancia diurna normales. 

Estos factores pueden agruparse en dos apartados diferentes:
- Factores ambientales: luz, ruido, temperatura...
- Factores asociados a la salud: nutrición, ejercicio físico, consumo de estimulantes...


A continuación citaré una serie de consejos básicos para mejorar el sueño infantil.


- Levantarse a la misma hora todos los días aunque se duerma mal. De esta forma se fortalece el ritmo de sueño y vigilia.
- Dormir lo necesario pero no en exceso, puesto que permanecer excesivo tiempo provoca un sueño fragmentado y poco profundo.
- Realizar ejercicio físico regular durante el día pero no hacerlo de forma intensa y esporádica.
- Procurar que la temperatura de la habitación sea fresca, ni excesivamente alta ni baja.
- No ir a la cama con hambre.
- La habitación debe ser tranquila.
- No consumir cafeína desde varias horas antes de acostarse.
- No se debe administrar hipnóticos a los niños.




LO QUE NO DEBEMOS HACER PARA DORMIRLO...
Cantarle, mecerlo, dormirlo en brazos, darle  la mano para que se duerma, pasearlo, darle una vuelta en coche, darle un biberón o el pecho, acostarlo conmigo, acostarme con él...

Si nuestro hijo depende de alguna de estas cosas para dormirse, cuando se despierte a media noche,¿qué ocurrirá? Llorará, se asustará, no querrá volverse a dormir si no se repiten esas circunstancias.
Debemos no tomar parte activa, para que nuestro hijo se duerma. Ha de aprender por sí solo, para ello contará con esos elementos externos que sí permanecerán junto a él toda la noche y cuando se despierte se tranquilizará porque "todo seguirá igual".



Por último resaltar que a dormir bien se aprende y por tanto, es fundamental inculcar en el bebé unos buenos hábitos desde el nacimiento. Los padres han de transmitir al niño tranquilidad y seguridad para que éste considere el momento del sueño como lo que es, una parte más de su vida, que le ayudará a desarrollar actividades cuando esté despierto. Una manera de darle esa seguridad es estableciendo una rutina en el momento de irse a la cama, poner un horario y cumplirlo. Se puede iniciar un baño relajante y darle la cena a continuación. Más tarde llevarlo a la cama, donde se puede dedicar un tiempo corto a mirar un cuento juntos o a cantar alguna canción y dejarlo solo para que poco a poco se duerma.




Información extraída: Psicóloga Nieves Iglesias.

sábado, 25 de enero de 2014

¿CÓMO REGAÑAR A LOS NIÑOS Y NIÑAS?

¿CÓMO REGAÑAR A LOS NIÑOS Y NIÑAS?
La regañina debe servir para educar a los pequeños. Es adecuada para modificar determinadas conductas. En todo caso ha de ser constructiva, no violenta, calmada y racional.
Los niños y niñas experimentan conductas frecuentemente, están en un proceso constante y continuo de aprendizaje. Prueban determinadas acciones y comprueban las consecuencias de las mismas. Nuestra labor como educadores es enseñarles las conductas apropiadas para su bienestar personal, emocional y social. Es por ello que debemos reñirles cuando sea necesario, pero de forma calmada y comprensiva, nunca la riña debe ser violenta o dañina.
10 trucos para regañar a los niños y niñas de forma eficaz
No debemos sentirnos mal por hacerlo, ya que es fundamental para su educación, necesitan saber lo que pueden y no pueden hacer. Es importante que aprendan a comportarse de manera adecuada en diversas situaciones y al mismo tiempo que reflexionen y comprendan el porqué deben actuar así.

¿Qué esperamos lograr con la regañina?
  • Modificar la conducta, basándonos en la comprensión y reflexión del pequeño, no usando el miedo y la imposición.
  • Hacer que los niños y niñas hagan caso a los adultos
  • Educar a los pequeños en la expresión de emociones negativas, y en la expresión de sus opiniones.
  • Fomentar el dialogo con nuestros niños y niñas
  • Mejorar la conducta de los pequeños.
  • Favorecer su maduración y desarrollo.

Cómo debe ser la regañina para que sea efectiva para educar a los pequeños:
  • Debe ser constructiva, desde el cariño y la comprensión. Debemos entender al pequeño y actuar nosotros como adultos. Debemos servirles de guía para sus conductas, eso implica mostrarles sus conductas incorrectas, pero siempre comprendiéndoles.
  • El objetivo es educar al pequeño, y nunca debe ser hacer que se sienta mal o que sufra algún daño del tipo que sea emocional, psicológico, físico, etc. Por ello debemos mantener la calma y explicar al niño o niña porque esa conducta no es adecuada.
  • Coherente, no violenta y no excesiva. No podemos reñir una conducta en determinados momentos y en otros no. Siempre tenemos que ser coherentes con lo que les decimos. Nunca excedernos o reñir conductas que no merecen regañinas.
  • Regañamos sí, pero con racionalidad y con un objetivo claro.

10 TRUCOS PARA REGAÑAR DE FORMA EFECTIVA Y CUIDAR EL BIENESTAR DEL PEQUEÑO.

  1. Regaña en el momento adecuado. Justo cuando el pequeño realice la acción que queremos corregir, no podemos regañarle tiempo después pues puede que no se asocie a la conducta.
  2. Mantén la calma y no grites. Los gritos son una forma de violencia, debemos cuidar el bienestar del niño o niña y al mismo tiempo servir de ejemplo. Es fundamental estar calmado, usar un tono suave pero firme y no mostrarnos alterados.
  3. Cuida el bienestar emocional del pequeño: reconoce sus sentimientos, “se que lo has hecho porque estas enfadado”, “Se que esto no te gusta” etc. De esta manera el pequeño se siente comprendido y en confianza.
  4. Expresa tus sentimientos, pero no emplees el chantaje emocional. Le puedes decir que te enfadas cuando hace determinada conducta. Le estas expresando como te sientes. Pero no hagas que se sienta mal, que sienta miedo o que se sienta culpable. Para esto evita expresiones como: “me voy a poner muy triste si…..” “no te voy a querer si…..” “no te voy a volver a llevar a ningún sitio si….”
  5. No fomentes miedo en el niño o niña.  Haz que reflexione y que comprenda lo que hace y porque no debe hacerlo. Debe entender que es mejor para él o ella. De esta forma modificara su conducta por propia iniciativa. Si por el contrario la evita por miedo a la regañina no conseguimos nuestro objetivo.
  6. Descalifica la acción, no al niño/a. Nunca critiques al pequeño, no le digas eres malo, no aprendes, etc. Por el contrario critica la acción, por ejemplo: “gritar no está bien, porque es molesto para la gente, no debemos gritar”
  7. No compares con otros niños o niñas. Cada niño o niña es único, al compararle le etiquetamos en un modo concreto de actuar, diferente al de otros. Esto hace que el pequeño se auto perciba de esta manera y no evolucione en su conducta.
  8. Razona con el niño para que lo entienda, nunca digas porque si, porque lo digo yo y punto. Haz que reflexione y que comprenda.
  9. No abuses de las regañinas y no las emplees como desahogo emocional. Para ser efectivas han de producirse por una causa específica. No podemos reñir a los pequeños por todo o usarlas cuando estemos de mal humor. Si lo hacemos así perderán fuerza cuando realmente necesitemos emplearlas.
  10. Se constante y coherente. Si regañas al niño por algo, hazlo siempre que ocurra eso. No puedes pasarlo cuando te parezca y otras veces regañarle, porque no entenderá que es lo que esperamos que haga.

Celia Rodríguez Ruiz (Psicóloga y Pedagoga)



Información extraída de la página web: www.educapeques.com

jueves, 12 de diciembre de 2013

EXÁMENES: ¡MIEDO A LAS NOTAS!

Estamos llegando al final de la evaluación y con él la entrega de los boletines de notas de calificaciones. Cuando yo era pequeño (y no tan pequeño) este momento lo vivía con cierta angustia y temor. Como si uno no estuviera completamente seguro de lo que tu maestro iba a decidir y cómo tus padres se lo iban a tomar. 
 Creo que las cosas han cambiado y ahora… seguimos teniendo miedo, pero en este caso, los educadores. Como orientador, no tengo que dar calificaciones  a niños, pero sí comparto con mis compañeros los maestros cierto temor. Ellos, incluso los de Educación Infantil, viven este momento con angustia (como yo cuando era alumno).
Hay niños que claramente no alcanzan los objetivos marcados, por multitud de causas, en las que no vamos a entrar. Sin embargo, poner una calificación “insuficiente” (ya sea con un “punto rojo” o “celeste”; con el famoso “Necesita Mejorar” o con el modelo que cada uno tenga) se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza.
Si a un niño le suspenden una asignatura (se le da “evaluación negativa”, se dice ahora para que sea menos doloroso), el maestro sabe que, en muchos casos, se enfrenta a padres que no van a aceptar la decisión, dispuestos a llegar hasta el final para que se cambie esa nota. Y el maestro sabe, por experiencia, que lleva todas las de perder, porque tiene poco respaldo (siendo optimista, diría que ninguno). Si además hablamos de repetir curso (“permanecer un año más en el ciclo”, es el nombre que se le da, como siempre para que sea menos doloroso), la situación es más dramática.
Al final suele ocurrir, que las decisiones pedagógicas no las toman los maestros que son los profesionales de la enseñanza, sino las familias que, en muchos casos, están haciendo un daño a su hijo con tales decisiones. Es como si el propio paciente dijera al médico la medicación que tiene que recetarle. Los mejor es que los padres hayan realizado un trabajo de prevención. Un niño que viene presentando dificultades, suele ser anunciado con antelación y seguro que sus maestros han venido proponiendo medidas.
En cualquier caso, los niños de 3 a 12 años no están jugándose una oposición, un título o una beca: la evaluación tiene un carácter informativo y formativo y lo que debe pretender no es hacer un juicio de valor de su hijo (si es el más listo o el más guapo), sino en qué aspectos deben estimularle y mejorar. Si reciben una calificación negativa, los padres deben preguntar: qué se va a hacer desde el centro con mi hijo y qué puedo hacer yo desde casa.
Jesús Jarque

Información extraída de www.educapeques.com