No hay razones científicas por las que se deba recomendar dejar la leche materna a una determinada edad.
La Academia Americana de Pediatría (AAP), en su nueva declaración de 1997, y la OMS recomiendan unos tiempos mínimos de duración de la lactancia materna (1 año y 2 años respectivamente), recalcando que son tiempos mínimos y que el tiempo máximo queda a elección de la pareja lactante, es decir de la madre y de su hijo.
Es necesario tener en cuenta que el destete no es sólo un cambio en la dieta del niño, sino que es un asunto muy serio con gran repercusión emocional para él y para su madre. El niño puede experimentar sentimientos de frustración y de abandono, al no entender por qué su madre le niega algo tan importante para él; la madre, a su vez, puede experimentar sentimientos de pérdida y de tristeza por haber tenido que cambiar esta forma de relación íntima con su hijo.
ESTRATEGIAS PARA EL DESTETE
Si la madre quiere iniciar el proceso del destete es mejor sugerirle que intente planearlo y hacerlo paulatinamente. Se puede eliminar una toma al día durante dos o tres días, después de los cuales se puede eliminar otra durante unos días y así sucesivamente, de esta forma se facilitará que la reducción del volumen de leche se haga lentamente evitando incomodidades.
El destete planeado para el niño mayor de un año puede ser una experiencia positiva si la madre consigue encontrar alternativas aceptables para ambos: cambios de rutinas, que la madre se anticipe a las tomas con alternativas y distracciones.
ESTRATEGIAS:
1. No ofrecer, no rechazar. No garantiza el tiempo que pueda prolongarse el destete. Es el menos doloroso para el niño.
2. Distracción. Se debe anticipar alternativas al amamantamiento, para que el niño/a dirija su atención hacia algo nuevo y atractivo, en lugar de hacia la pérdida de algo entrañable como mamar.
3. Sustitución. Ofrecerle una alternativa nutricional para evitar que pida el pecho por sensación de hambre.
4. Aplazamiento. Debe aprender a aceptar la espera. Se le puede ofrecer algo que le mantenga contento mientras tanto.
Que la madre se separe del niño por unos días, no es recomendable, ya que el niño no sólo se ve privado bruscamente de la leche de su madre, sino también de su presencia, que es vital para su salud afectiva y emocional.
Los sentimientos que tiene la madre acerca del destete son importantes; es conveniente que se muestre cariñosa, atenta y animada con su hijo mientras dure el proceso. Si se sintiera culpable podría estar poco cariñosa con su hijo con lo que el pequeño es posible que se volviera ansioso y que exija el pecho con mayor frecuencia.
Uno de los beneficios de un destete paulatino y programado es que la madre puede ser flexible e ir adaptándose a las circunstancias según surjan.
No tiene porque tratarse del “todo o nada”, por ejemplo, la madre podría optar por dar el pecho al niño sólo en aquellos momentos más importantes para él (el momento del sueño) y esperar a que esté más dispuesto a dejarlo.
Si un bebé se enoja o llora e insiste en tomar el pecho a pesar de los intentos de distracción, es posible que el destete vaya muy rápido para él.
Un proceso de destete mal planificado o mal llevado a cabo, puede tener ciertas consecuencias en posteriores estadios o fases de su evolución:
- Tartamudez
- Despertarse más frecuencia por la noche.
- Apegarse más a la madre durante el día.
- Apegarse a algún objeto.
- Mostrar un temor nuevo o mayor a la separación.
- Morder, cuando no lo había hecho antes.
- Puede haber síntomas físicos como dolor de estómago...
- Todos estos síntomas pueden o no deberse al destete, y si la madre se siente preocupada puede aplazar el destete para ver si desaparecen.
- Otro indicador de que el destete va muy rápido son los efectos sobre la madre. La señal más obvia es sentir los pechos muy llenos.
DESTETE FORZOSO
En algunas ocasiones el destete se hace inevitable por diferentes causas (médicas...).
Si el destete es impuesto, por motivo justificado, antes de que la madre o el niño estén preparados para ello, ambos necesitarán apoyo y comprensión.Antes de tomar alguna decisión parece conveniente que la madre contraste la necesidad del destete, dado que frecuentemente se tiende a inhibir lactancias sin una justificación científica real.
DESTETE VOLUNTARIO
La decisión sobre el momento del destete puede tener grandes variaciones de una madre a otra y también de un niño/a a otro.
Sea cual sea el momento en que uno de los integrantes de la pareja lactante desee ponerle fin, o sean cuales sean los motivos, es importante recordar que se trata de una opción personal y que todas son respetables.
Algunos niños/as simplemente un buen día deciden que no quieren mamar más. Otros lo hacen más despacio, paulatinamente se van desinteresando por la lactancia materna, reduciendo la demanda hasta que ésta cesa por completo. Los hay que primero maman solo una vez al día, luego una vez cada varios días, hasta que simplemente dejan de pedir.
Un nuevo embarazo puede tener un papel en el destete del hijo/a anterior.
Debido a los cambios de la leche durante el embarazo (menor volumen, distinto sabor) muchos niños se destetan solos en esta época. Otros prefieren seguir mamando, y continuar haciéndolo tras el nacimiento del nuevo hermano. A esta situación de dos niños de diferentes edades mamando a un tiempo se le llama “lactancia en tándem”.
La madre puede tener diversas razones para desear que el destete tenga lugar; desde razones médicas, emocionales, presiones familiares, sociales, laborales...
El momento en que una madre empieza a desear el cese de su lactancia es también muy variable. A algunas les puede suceder a los pocos días o meses, a otras al cabo de algunos años.
Siempre será preferible un destete gradual a un destete brusco. Este último puede generar ingurgitación mamaria (pechos hinchados, duros y doloridos) e incluso mastitis (inflamación e infección del pecho generalmente después de la obstrucción de un conducto debido al cese del drenaje), que no ocurrirían si se permitiese la adaptación de la mama a la disminución progresiva de la succión, como ocurre durante el destete gradual (A menor succión, menor producción hasta que ésta cesa por completo). Desde un punto de vista emocional el destete gradual también es
más fácil para el niño.
Madres que han destetado activamente a sus hijos/as, suelen decir que no les quedaba mucho tiempo libre, ya que lo empleaban en distraerlos.
Los niños/as que son destetados antes de superar su necesidad de chupar pueden comenzar a chuparse el dedo o incluso a usar chupete si se le ofrece, siendo sustitutos del amamantamiento.
La noche resulta un momento difícil para un pequeño que espera mamar y no puede entender la reticencia de su madre.
EL DESTETE NATURAL
Hay quienes opinan que si el niño/a no es activamente animado a destetarse, no lo hará nunca por si mismo; sin embargo, esta idea es errónea, como lo demuestra el hecho de que en sociedades en que se permite al niño mamar tanto tiempo como quiera, acaba por destetarse él solo.
CAMBIOS EN LA LECHE DURANTE EL DESTETE
Está muy extendida la opinión de que a una determinada edad del niño, la leche materna pierde sus propiedades nutritivas. Es una opinión totalmente errónea.
FALSO DESTETE
Durante el primer año, en determinados momentos, el niño/a puede llegar a mostrar un menor interés por la lactancia, como consecuencia de su propio desarrollo.
Si la leche materna es un alimento de gran importancia en la dieta del niño/a, al menos durante sus dos primeros años de vida, no es razonable pensar que ya no le
hace falta la leche de su madre pero sí en cambio otro tipo de leche.
Si la madre no desea prolongar la lactancia, tal vez le sea más fácil destetarlo entre la edad de los 9 y 14 meses. Pero si la decisión de la madre no es firme a esa edad, no se le debería alentar a que lo haga con el fin de evitarle supuestas futuras molestias que tal vez no se presenten nunca.
Información extraída del Curso Mentor Educación Infantil
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